El comienzo...

Hace poco tuve la fortuna de recibir una oferta de trabajo que con mucha responsabilidad acepté, por lo que me vine a vivir a Talca, ciudad ubicada a 3 horas de Santiago (capital de Chile). La diferencia fue mucha en un principio, a veces esta ciudad se me hace demasiado tranquila para mi gusto. Recibiendo muchos malos comentarios de su gente y de sus costumbres poco hospitalarias, me mudé de todas maneras. El trabajo me apasiona y como todos los lugares, hay que conocerla y olvidarse de los prejuicios.

Ahora, con más tiempo he decidido hacer algo que siempre me ha causado mucha curiosidad e interés. Con una madre que trabajó toda su vida administrando restaurantes en Santiago, de comida internacional y un gusto exquisito por probar diferentes sabores y tener la facultad de saber de qué está hecho cada plato y su procedimiento, esta página la hice para dar a conocer las diferentes alternativas culinarias que ofrece mi nueva ciudad de residencia y por qué no, también Santiago y otras en caso necesario.

Espero disfruten de las publicaciones y sean útiles a la hora de elegir un restaurante para deleitarse con lo que nos ofrece el chef de cada lugar!

martes, 17 de mayo de 2011

Café Rossini

Por la calle 1 Norte, entre 2 y 3 Oriente, se encuentra este café, el color rojo y negro al fondo de una gran vitrina que muestra la gran afluencia de público que tiene, un estar muy cómodo para sentarse con amigos y una barra al otro lado de la entrada con taburetes de fierro forjado y madera, llama la atención inmediatamente. 


Frente a la entrada y con muy poco espacio (debes buscar inmediatamente decidir hacia dónde te diriges) está una barra con las máquinas de café y servicios de cocina, el primer impacto es el aroma, simplemente delicioso, aroma a café, cremas y saborizantes. Primer piso para no fumadores, segundo para fumadores.


Mi primera experiencia en este lugar fue un Smoothie de Mango, cuando lo pedí pensé "por qué pedí eso? , no sé cómo la gente lo toma, es puro hielo y tinta!", esperé un poco y llegó, un vaso grande...realmente grande, medio litro? con un color maravilloso, algo espumoso, no vi el hielo en ningún momento; lo probé y de verdad es el mejor que he probado, a mi parecer tenía crema y pulpa de mango natural, me recordó inmediatamente al mango con leche que tomaba en la playa Cavancha en Iquique por las tardes en unas vacaciones que tuve hace unos años, pero este es mucho más consistente y sabroso!, lo sirven con una bombilla plástica, que nunca se tapa, porque la pulpa está bien molida. 


Luego volví, el lugar lo merece. Esta vez por un café, este lugar es conocido por sus cafes gourmet, nuevas mezclas y nuevos sabores, aunque la carta de estos sigue siendo chica para la variedad de sabores que pueden lograrse.


Probé el Café Vienés, servido en una taza mediana, con crema chantillí y encima, chocolate en rama. el toque: un pequeño chocolate con forma de corazón en la cuchara. Lo revuelves y pierde la presentación, pero es rico si tienes frío y ganas de tomar algo con texturas diferentes (el chocolate en rama se va derritiendo de a poco), de sabor muy suave, no es para los que les gusta el café fuerte.


Volví! ...esta vez por el almuerzo, ofrecen unos menús exquisitos y de buen precio, afuera puedes leerlos en una pizarra escrita con tizas de colores. Yo opté por el Pavo con puré, el menú incluye un vaso de jugo, pan, ensalada surtida.


Primero sirven la ensalada, esta tenía lechuga escarola, choclo y tomate, todo con un poco de cilantro para la decoración, el pan, es pequeño y blando, muy rico; un pocillo pequeño con Pebre y en la mesa pimienta, merquén, aceite, limón y a veces aceto balsámico.


Mientras comía mi ensalada, llegó mi tan esperado plato, un plato grande, con filetes de pavo dorados, de muy buen aspecto y aroma, acompañado con puré, al parecer de papas naturales. La presentación del plato, muy buena, con merquén en las orillas y sobre la carne. El pavo tenía muy buen sabor, jugoso, poco aceite (lo que lo hace muy liviano), el puré con muy buena textura y  todo caliente.


Disfruté mi almuerzo, que poco a poco me parecía mucho, es fácil quedar satisfecha con un plato de este tamaño, tuve que dejar un poco de todo. Mientras esperaba que retiraran el plato y trajeran mi postre, probé el jugo, el toque malo del almuerzo, sin duda jugo de sobre, pedí de frambuesa, excesivamente dulce, pero tenía sed, así que lo bebí de todos modos.


El postre, Sémola con Leche y fondo de Caramelo, en una copa chiquita para postres, con una cuchara chica , todo en un plato chico también, la verdad, bien elaborado, el jugo del caramelo tenía buen sabor también.


En resumen, es mi recomendación absoluta, Rossini tiene un buen concepto en su carta y es bien atendido, a pesar de que a veces debes pararte a cancelar en la caja, porque se demoran un poquito, tal vez les falta contratar un par de manos de apoyo en el servicio.

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